Recuerdas
-¿Recuerdas cuando lo único importante era nuestro amor? ¿Sientes como el aire despeina tus cabellos, como juega con las hojas que dan vueltas a tus pies?
¿Sientes las caricias que te brindo, los besos que te doy?-pregunto Sarah
-Si, lo siento y son tan increíbles las sensaciones que me producen tus besos y caricias-contestó Orlando.
-¿Entonces porque lo único que te importa ahora es el trabajo? ¿Por qué ya no me tocas? ¿Por qué ya no me haces el amor? ¿Por qué ya no les dedicas tiempo a tus hijos? Desde que nos casamos y nació Annie, todo cambio. Ahora eres frio y retraído, cuando el día de ayer no cabías en ti de la felicidad y me contabas todo lo que te sucedía. ¿A caso ya no me amas o alguien más ya ocupa tu corazón?
-No, yo te amo a ti y a mis hijos más que a mi propia vida, y nunca nadie ocupara tu lugar en mi corazón; y menos después de lo que hemos vivido juntos. Pero las cuentas no se pagan solas. Tu estas acostumbrada a un estilo de vida, diferente al que yo te puedo dar.
-Pero a mi no me importa el estilo de vida que me des, mientras me ames soy feliz.
-Y terminaras siendo como tu hermana Cassie. Ella me dijo lo mismo y al final exigió una vida que yo no le puede dar.
-Yo no soy Cassie, seremos gemelas, pero no somos iguales. O ¿es que después de tanto tiempo y de todo lo que te izo aun la amas?
-NO, a quien amo es a ti. Pero todo sigue fresco en mi memoria. Y no quiero perderte.
-Lo estas haciendo, con tu actitud, me estas perdiendo lentamente. Yo no voy a esperar hasta el día en que te decidas a olvidar finalmente a Cassie. Así que vámonos, este paseo no funciono.
-Esta bien, yo recojo. Ve al coche y espérame.
-Esta bien-le contesto Sarah mientras comenzaba a caminar rumbo al coche y se alejaba del parque que había sido testigo de su historia de amor.
Cuando Orlando llego, ella ya se había dormido y el tan solo arranco el coche rumbo a su casa, pero el movimiento despertó a Sara, que se volteo a verlo, encontrándose con una cara fría e inexpresiva que le dedico una sonrisa forzada al verla mirándola.
Y ella pensó: ayer tú estabas tan lejos físicamente de mí, pero te sentía tan cerca. Hoy estas cerca pero te siento tan lejos, que estoy dejando de amarte.